Aquí está el resumen de nuestra segunda visita al C.P. Cabueñes. "Nuestra" porque volvió a acompañarme otro profesor de clarinete del conser, Jorge, a quien le debemos agradecer el reportaje fotográfico.
Empecemos por el principio, por los pies, que deben estar bien apoyados en el suelo. Nos ocupamos de que el cello esté bien apoyado pero luego nos olvidamos de hacer lo mismo con nuestros pies. Si vemos que no nos llegan, debemos sentarnos más al borde de la silla, estando siempre bien apoyados en los isquiones, esos huesecillos de la cadera que notamos si ponemos nuestras manos debajo de las nalgas.
En la foto superior Inés, ahora con los pies bien apoyados realizando su interpretación y en la inferior Laura, aplaudiendo entusiasmada a su compañera.
Después le llegó su turno para actuar con la viola.
En algún momento de la sesión las alumnas compartían asiento y anotaciones con Lorenzo, su profesor.
Miguel compartió la vibración de su pizzicato aunque también utilizó el arco en su interpretación.
Con Sara aprovechamos para recordar cómo debemos saludar en un escenario, antes de tocar y al finalizar nuestra intervención.
A Juan le volvimos a insistir en la importancia de tener bien colocadas las rodillas, sin que estén completamente echadas hacia atrás. Mucho mejor si las dejamos libres, ligeramente flexionadas, sin que por ello apretemos la musculatura de los muslos.
Danilea con su flauta de pico, que esta vez tocó de pie también para notar las rodillas.
Clara y Hugo permanecieron atentos a sus respectivas intervenciones. En realidad cuando tocas en una orquesta o en un grupo de cámara, algunas veces debes permanecer en el escenario mucho tiempo sin estar tocando todo el rato. Por eso es bueno acostumbrarse a mantener la concentración y la atención escuchando a los demás.
El público me ayudó a resolver una duda ¿dónde empiezan y acaban nuestros dedos? Según la respuesta que demos, los usaremos mejor o peor. En alguna entrada de este blog tendré que explicarlo. De momento si alguien siente curiosidad...que pregunte al alumnado de 2º y 3º de primaria del Cabueñes.
Y luego llegó el turno de las explicaciones sobre las mochilas: que si el pulgar hacia dentro o hacia fuera...
...que si aprovechar una mesa para tener la mochila más a nuestra altura a la hora de colgárnosla en la espalda...
...un paseito para notar la diferencia entre llevarla de una forma incorrecta y otra mucho más sana...
...y si la empujamos en vez de tirar de ella ¿qué tal se llevará?
¿Cómo subimos las escaleras con una mochila de ruedas?
Además esta pareja nos improvisó una creación en el teclado y los demás los escuchamos con los ojos cerrados para notar qué nos sugería su creación. Como fueron muy diferentes en estilo y carácter, las sensaciones que nos provocaron también fueron muy contrastantes.
Hubo otra pareja que probó mi clarinete.
Y por último la foto de despedida. Lorenzo, el profesor de música del colegio se jubilaba y justo ese día, el de nuestra sesión, era el último de su carrera profesional. Personalmente le estoy muy agradecida por todas las aportaciones que ha hecho al Proyecto con sus comentarios y reflexiones sobre las sesiones. También le agradezco la crítica que me hizo sobre la representación de "Piccolo, saxo y compañía" en el Teatro Jovellanos. Le deseo que permanezca con esa inquietud cultural y esa actitud positiva en su recién estrenada nueva vida.
Por cierto...en esta última foto...creo recordar que alguien me comentó que alguna alumna de las del Cabueñes había decidido cambiar de instrumento pero... es que en esta foto ¡¡¡están todos cambiados!!!
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