Una buena postura corporal te proporciona más poder. Un poder bien entendido, es decir, como la posibilidad de mejorar uno mismo, no de alzarse por encima de los demás a cualquier precio.
Al igual que en el atletismo lo que interesa es mejorar tus marcas personales, superarte a ti mismo, no directamente ganar a los demás, del mismo modo en música, o en cualquier arte, lo que quieres lograr es mejorar tu creación, por propia satisfacción de lo bien hecho, no quedar por encima de los demás.
Todo eso puede aplicarse a nuestro día a día. Si... "el cuerpo puede afectar a la mente, la mente puede afectar el comportamiento y el comportamiento puede afectar los resultados"...yo creo que merece la pena intentarlo. Por eso os invito a ver el siguiente vídeo de la neuropsicóloga Amy Cuddy. Con calma. Varias veces, incluso, hasta llegar a entender todo el mensaje de cambio que se nos propone en él.
Se nos invita a la inmensa mayoría a "fingir" ser algo que no somos realmente. Puede parecernos que ese algo fingido, ese no ser auténtico, puede ser perjudicial. Yo creo que si ese "fingir" provoca un cambio merece la pena intentarlo. "No se trata de fingir hasta lograrlo, se trata de fingir hasta transformarse; no hay que fingir hasta hacerlo, hay que fingir hasta serlo".
Quizás nos demos cuenta que esa semilla de fuerza ya la teníamos pero nos han obligado a permanecer pasivos, callados, sumisos. Quizás lleguemos a la conclusión de que cuando fingimos es en realidad en nuestro día a día. Fingimos una felicidad o un conformismo que no nos beneficia en absoluto.
Y, si tal y como nos explica en el vídeo, hay un componente hormonal en todo esto y la testosterona es decisiva y por tanto puede haber diferencia de género en los resultados...quienes más necesitamos atrevernos a sentir el poder de la postura...somos las mujeres.
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