Rompiendo tópicos sobre los instrumentos musicales

Vamos a poner algunas creencias patas arriba, a desmitificar algunos tópicos pensando especialmente en el alumnado de nuevo ingreso, en sus familias y en el momento en que, el día de la ADJUDICACIÓN DE INSTRUMENTOS (el 2 de septiembre a las 17:00 en el Teatro de La Laboral) les asalten las dudas de ¿qué instrumento elijo?. Empezamos:

 

La flauta travesera es un instrumento de niñas y los instrumentos de viento metal son más para niños: FALSO. Los instrumentos no tienen género.

 

Las personas que tienen asma no deben o no pueden tocar instrumentos de viento: FALSO. Las personas con asma mejorarán notablemente con la práctica de un instrumento de viento.

La tuba, el contrabajo o el fagot son instrumentos demasiado grandes para niños de 8 años: FALSO. Bueno, en realidad es verdadero pero solamente hasta cierto punto porque el contrabajo o la tuba el alumnado los empieza a estudiar con instrumentos adaptados a su tamaño.

 

En el caso del fagot (aunque también hay fagotino) otro recurso que se usa para que pese menos es tocar sin añadir la campana y siempre sentado. 

 

Y para la flauta travesera, que también puede llegar a resultar demasiado grande para el alumnado más menudo, existen modelos de iniciación que hacen que el instrumento resulte más cómodo.

Los intrumentos de viento metal o la gaita son muy ruidosos para practicar en casa: FALSO. En fin otra vez es cierto pero tiene remedio. Se les puede colocar una sordina de estudio que minimiza el sonido permitiendo tocar sin molestar al vecindario.

La percusión es solamente ritmo, dar cuatro golpes: FALSO. La percusión también cuenta con instrumentos melódicos como la marimba, el vibráfono o la lira.

Y hasta aquí alguno de los típicos tópicos míticos de la música y sus instrumentos. Esperamos que las aclaraciones les ayuden a elegir el instrumento con más conocimiento. Y no se preocupen si no aciertan en esta ocasión. Sigan intentándolo. Siempre habrá un mercado de segunda mano de instrumentos musicales o mucha imaginación para darle otro uso a una posible elección equivocada.