Ha fallecido una persona que se adelantó a su tiempo. Él era el optimismo personificado mucho antes de que esa palabra estuviese tan manida como lo está ahora. Ha dejado huella en todas las personas que por sus clases hemos pasado, independientemente de que llegáramos a ser músicos profesionales o no y, a buen seguro, le recordaremos con admiración y cariño, porque él supo sacar lo mejor de cada uno.
Quiero, en su memoria, compartir con vosotros la historia "El camino de la fuente", porque al saber de su muerte, la recordé al instante. Él fue el mejor aguador que podía habernos tocado en suerte.
"El camino de la fuente"
Un aguador de la India tenía solo dos grandes vasijas que colgaba en los extremos de un palo y que llevaba sobre los hombros. Una tenía varias grietas por las que se escapaba el agua, de modo que al final del camino solo conservaba la mitad, mientras que la otra era "perfecta" y mantenía intacto su contenido.
Esto sucedía diariamente. La vasija sin grietas estaba muy orgullosa de sus logros pues se sabía idónea para los fines para los que fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba avergonzada de su propia imperfección y de no poder cumplir correctamente su cometido. Así que al cabo de dos años le dijo al aguador:
- Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas solo obtienes la mitad del valor que deberías recibir por tu trabajo.
El aguador le contestó:
- Cuando regresemos a casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino.
Así lo hizo la tijana y, en efecto, vio muchísimas flores hermosas a lo largo de la vereda; pero siguió sintiéndose apenada porque al final solo guardaba dentro de sí la mitad del agua del principio. El aguador le dijo entonces:
- ¿Te diste cuenta de que las flores solo crecen en tu lado del camino? Quise sacar algo positivo de tus grietas y sembré semillas de flores. Todos los días las has regado y durante dos años yo he podido recogerlas. Si no fueras exactamente como eres, con tu capacidad y tus limitaciones, no hubiera sido posible crear esa belleza.
Todos somos vasijas agrietadas por alguna parte, pero siempre existe la posibilidad de aprovechar las grietas para obtener buenos resultados.
Cuento popular indio.
Gracias Cristóbal, por haber sacado lo mejor de todas tus tinajas, las perfectas y las agrietadas. Gracias a ti, cómo decías al final de tus clases..."¡¡¡Somos los mejores!!!"
Grandisimo musico y persona.
ResponderEliminarSuscribo tus palabras.
EliminarEl favorito del alumnado sin lugar a dudas. Todos los que hemos pasado por sus clases lamentamos su pérdida, aunque yo intento no llorar porque sé que a él no le gustaría vernos así.
ResponderEliminarEl era pura alegría y nos hacía sonreir con sus chistes y sus caramelos. También nos ayudaba a creer en nosotros mismos.
¡Nunca volveré a tener un Maestro como tú, Cristóbal! ¡Allí donde estés descansa en paz!