Aceptando nuestro propio esqueleto

La fiesta de Halloween se ha extendido en nuestra sociedad hasta tal punto que nuestros pequeños la consideran ya una tradición local.

Cada familia tendrá en sus manos caer en el consumismo al que se nos invita o celebrar estas fechas recuperando la tradición celta, más propia de nuestras tierras asturianas y mucho más económica.

De todos, modos es recurrente la utilización del esqueleto humano como símbolo de la muerte y probablemente por eso son muchas las personas que tienen aprensión a la imagen de un esqueleto en una ilustración, o a sentir sus propios huesos bajo su piel. Yo me encuentro con muchos casos de ese tipo entre los asistentes a mis sesiones de Postura sana. Cuando les pido que noten el movimiento poniendo las manos en las caderas, o en las clavículas, incluso en las articulaciones de los dedos, son muchas las personas que no soportan la sensación de sentir sus huesos, su esqueleto. 

Quizás acabe teniendo su parte buena esta celebración llena de esqueletos y referencias a la muerte por todos lados y las generaciones futuras sean menos reticentes a sentir su propio esqueleto, aceptándolo también como algo propio de la vida.

Gracias a este Proyecto muchas personas que se dedican a la música se están volviendo más sanas. Y, también gracias a él hay muchas personas ajenas al mundo de la música, que se están aficionando a ella, en concreto a la música clásica. Pues para todas allá va una obra muy apropiada para la noche de los muertos o el día de los difuntos: la "Danza macabra" de Camille Saint-Saëns. Se trata de un poema sinfónico, es decir, de una obra que describe un tema, una leyenda, un personaje, un poema. 

Para conocerlo mejor comparto con vosotros tres cosas: el enlace al blog Aula de Música (donde Cristina Ramírez nos explica paso a paso la historia que nos describe la música), el vídeo de la interpretación orquestal de esa obra (más o menos coincide con el minutaje que nos especifica Cristina) y otro vídeo de una animación en la que unos esqueletos muy marchosos se marcan una coreografía con la Danza macabra de fondo musical (lástima que el montaje no está hecho con la obra completa).

A ver si con todo esto empezamos a aceptar nuestro propio esqueleto.