Por si alguna persona pensaba que los profes no nos renovamos y que no actualizamos nuestra formación, os diré que, por lo menos en mi caso, no es así y, una vez más, comparto sesiones de aprendizaje con un nutrido grupo de profesionales de la enseñanza. En este caso la disciplina que estamos aprendiendo es Taichi y tenemos el lujo de contar con Vicente Llaneza como profesor.
Estamos aprendiendo un montón de cosas, claro, y no es fácil resumirlas. Solamente os diré, para quienes aún no hayáis conocido esta disciplina oriental del taichi, que prestéis atención a vuestra forma de caminar. ¿Cómo son vuestros pasos? ¿Cortos y apoyando todo el pie o más bien se parecen a los de esta famosa imagen que os presento a continuación?
Si os fijáis, (os recuerdo que clickando sobre la imagen se puede ver ampliada) Paul McCartney está descalzo y se puede comprobar como el pie izquierdo está solamente apoyado en los dedos cuando aún no ha posado el derecho en el suelo. El resto de miembros del grupo (los Beatles, para los seguidores del blog más jóvenes, que quizás no los hayan reconocido) están calzados pero también les sucede lo mismo. Esos pasos son demasiado largos y somenten al cuerpo a una tensión que se puede minimizar dando los pasos más cortos.
Y ahora me diréis que es una imagen preparada, que era una foto ensayada para la portada de un disco...etc. Y no os falta razón. En la siguiente imagen les vemos con unos pasos más normales y Paul está calzado.
Tras una foto como la primera hay mucha gente, mucho trabajo previo, varias tomas, no es algo espontáneo.
De todos modos, esa imagen, por muy pactada o ensayada que esté, lo cierto es que nos entra por los ojos al público y acabamos viendo esa forma de caminar con pasos exagerados como algo de lo más natural. Fijaros en la siguiente imagen, gente normal, para nada famosos, cruzando un paso de peatones en una calle en pleno centro de Gijón. Salía en una revista de las que antes editaba el Ayuntamiento de nuestra ciudad.
Estas dos mujeres repoducen sin saberlo un modelo de caminar muy común pero muy poco natural y muy poco saludable. Y son de edades muy diferentes con lo que queda descartado que ese paso largo es de la gente joven exclusivamente. Las imagenes nos influyen muchísimo y sin darnos cuenta imitamos modelos o acciones que no nos interesan en absoluto.
El taichi, entre otras muchas cosas, puede ayudarte a manejar tu cuerpo de forma mucho más equilibrada, respetando más las leyes naturales de nuestro increíble instrumento más preciado: el cuerpo humano.
Ese cuerpo que arrastramos semana a semana de casa al trabajo-colegio y del colegio-trabajo a casa, ese cuerpo con el que, a nada que nos descuidemos, cada vez estamos menos conectados. El taichi nos ayuda a mantenernos erguidos de forma natural y equilibrada con el menos esfuerzo posible.
Si no aprendemos a escucharnos acabamos siendo unas marionetas que responden a unos impulsos o movimientos sin ser conscientes de ello, estando desconcectados, permaneciendo ajenos nuestro propio cuerpo. Seguiré aprendiendo y, en la medida en que me sea posible, compartiendo con vosotros todo lo que pueda.
Me ha gustado especialmente la entrada de hoy y aunque no suelo comentar, hoy quería hacerlo porque estoy intentando empezar a escucharme. Espero que con el tiempo, logre cocsechar los frutos.
ResponderEliminarUn besín,
Lore
Hola Lore,
Eliminarme alegra que te hayas animado a comentar. Muchas personas no saben cómo hacerlo o no se atreven a publicar sus comentarios, tal y como me confiesan cuando alguna vez se encuentran conmigo.
Buena idea eso de escucharse a uno mismo. Buen principio. Otra cosa en la que insiste mucho Vicente Llaneza es en la importancia de la perseverancia, así que: intenta y persevera.
Un abrazo.
Muy ilustrativo y saludable, amiga Ana. Después de haber perdido espontaneidad en Occidente con el paso de los siglos, hemos de volver a recuperarla para caminar adecuadamente, respirar como es debido, relajarnos y sentir nuestro propio cuerpo.
ResponderEliminarUn bico.
Y escucharlo, José, tal y como acabo de contestar al último mensaje de apoyo recibido en los premios Espiral, necesitamos escuchar nuestro cuerpo. Es curioso como los músicos perdemos esa facultad.
EliminarUn forte abrazo.